viernes, 24 de mayo de 2013

Amnesia.

Nuestro sujeto se frota las sienes con los ojos cerrados, y al abrirlos no recuerda por qué se estaba frotando las sienes. No recuerda mucho la verdad, recuerda palabras y sus significados, pero solo algunas. Recuerda que no es un niño, recuerda que no es anciano, recuerda que no vive solo, pero no recuerda donde está.
Frente a él se encuentra una mesa con platos y comida que el no recuerda haber ordenado ni cocinado. En la mesa también hay una copa con un líquido morado que al probar le sabe amargo pero le da una sensación placentera de mareo. Al otro lado de la mesa hay una mujer, él la encuentra hermosa con solo verla, pero la mujer le está gritando mientras le sale agua por los ojos. Él se mira sus nudillos y los nota rojos, y en la mesa puede ver astillas que él deduce comparten su origen con el de las heridas en sus manos.
Nuestro sujeto le pregunta a su compañera por qué le grita, por qué le sale agua de sus ojos marrones y ella parece indignada. Nuestro sujeto no entiende por qué no recuerda a esta mujer pero si la palabra indignada. El color se le sube a la cara de la mujer y le grita que todo es por culpa de él. Él entiende esto y se para de la mesa con el claro objetivo de abandonar el lugar. La mujer le grita, le pregunta a dónde va, le pide que se quede. Él la ignora, él no recuerda el problema, él no entiende por qué ella quiere que se quede si según ella él es la causa de los gritos y del agua en los ojos.

Andrés carajo ¿a dónde vas? Le grita ella.

Él deduce que su nombre es Andrés, pero no está seguro por lo que no voltea, además la otra palabra que le gritó la mujer sonó muy fea. ¿Qué tiene una palabra que aún sin su significado puede sonar mal? se pregunta el sujeto. Pero él no recuerda la importancia de los significados ni de las respuestas, a él no le molesta ignorar cosas que no parecen tener mayor impacto en su ahora confusa vida. Él encuentra la salida del edificio y deja esos problemas atrás.
Una vez fuera del lugar, él recuerda algunos edificios, algunas direcciones, pero decide irse por las que son un misterio en su mente. Él siente un bulto en sus pantalones, al sacarlo encuentra una billetera llena de dinero. Él recuerda que el dinero es importante, pero no recuerda por qué. En su billetera también encuentra varios rectángulos de plástico con numeritos grabados por un lado. Él no recuerda para que son, pero recuerda que para usarlos necesita un código, el cual también olvidó por lo que nuestro sujeto simplemente los tira al suelo.

El sujeto llega a un parque y se sienta. Junto a él se sienta un hombre con vidrios frente a sus ojos que saca un cilindro de papel de una caja de cartón. Al prenderlo con fuego, el cilindro libera un humo que al pasar por la cara del sujeto lo hace sentir que necesita inhalarlo. El sujeto se acerca a su vecino y con mucho respeto le pregunta que es eso. El hombre le responde que es un cigarrillo. El sujeto le pregunta por qué él siente la necesidad de inhalarlo, y el hombre lo ve confundido para finalmente responderle que es un vicio. Nuestro sujeto le pide al hombre que si le regala un cigarrillo, el hombre sonríe y le ofrece la caja de cartón. Nuestro sujeto fuma uno y disfruta la sensación mas aborrece el sabor, no es capaz de entender por qué la gente se expone a fumar algo con un sabor tan repugnante. El hombre se ríe al ver la reacción del sujeto, y luego le explica que no solo sabe feo, sino que mata también.

Nuestro sujeto se levanta, se despide y camina de vuelta al edificio donde había despertado sin saber muy bien por qué. Ve los cuadritos de plástico en el piso y de repente recuerda lo olvidado. Recuerda el cigarro y siente ansiedad, recuerda sus cuentas bancarias y levanta las tarjetas. Recuerda su nombre, recuerda el nombre de la mujer, recuerda la relación con la mujer y recuerda las peleas que tenía con ella. Se mira las manos, con mujer, con dinero, con cigarrillos y con recuerdos, todo disponible. Nuestro sujeto recuerda los minutos que vivió ignorante, los minutos sin vicio, sin pelea, sin dinero y sin nombre. Nuestro sujeto corre rápidamente en dirección contraria intentando olvidar.