martes, 28 de junio de 2011

Carrera Artistica


Entré a una habitación en blanco, no había nada para apreciar.
Pero tenía papel y lápiz, nada me evitaba el comenzar a dibujar.
Miré la habitación y pensé en que le hacía falta, un sofá estaría bien.
Y en muchos papeles distintos sus partes dibujé.

Al pegarlos todos cerca de una esquina, el sofá parecía real.
Por lo que una mesa al lado de este me pareció necesitar.
Comencé a dibujarla, pero al terminar las hojas del sofá no existían ya.
Pero un mueble monocromático estaba en su lugar,

Dibujé la mesa, dibujé un reloj, todo esto del mismo color.
Hice un tapete, hice un ventilador, me sorprendía que de estos dibujos la realidad pueda crear.
Ahora mi mente ambiciosa se puso, un televisor y una silla de cuero fueron mis siguientes dibujos.
Después de horas que no sentí pasar, el cuarto lleno de objetos ya estaba, pero mis hojas comenzaron a menguar.

Quería salir pero la entrada no pude encontrar, por lo que la solución era simple, la tendría que dibujar.
Dibuje su perímetro, dibuje sus detalles, y solo un picaporte me faltaba agregar.
Pero no me quedaban más hojas y el lápiz estaba más pequeño que mi posibilidad de salir.
No lo podía creer, ¿Cómo es posible que no tuviera solo un último papel?

Después de frustrarme decidí que mi situación no estaba tan mal.
Después de todo dibuje todo lo que pensé llegar a necesitar.
Di tres vueltas para mi entorno apreciar.
Sonreí, me di cuenta que rodeado de mi arte para siempre iría a estar.







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