Andrés se despierta y recorre su desnudo torso con sus frias manos y tiembla por el frio.
Mira la hora y suelta un bostezo, ese día no quería hacer nada.
Se pone una camiseta blanca unos vaqueros negros y unas gafas de sol rojas. Se sentía muy sano, se sentía bien.
Pasa caminando por su cocina y toma un durazno, en el libro que esta leyendo un personaje dice que un hombre nunca debe abstenerse de comer un durazno, desde entonces le gustan mucho.
Andrés se mira en el espejo frente a la puerta de salida. Se recorre su grasoso y lacio cabello rubio con su mano izquierda, pues la derecha estaba pegajosa a causa del durazno; sonríe.
Andrés esta caminando por una amplia acera de alguna calle principal no esta seguro de cual, no ha puesto mucha atención a su recorrido. Mete la mano en el bolsillo izquierdo de su pantalón, en el siempre guarda su reproductor de música y ese día no había sido la excepción
Se conecta sus audífonos y pone la música en aleatorio, continua su rumbo ahora escuchando el bajo de una canción de Pink Floyd y la gente que lo mira parece sonriente, Andrés se siente grande, se siente fuerte, se siente bien.
Todo se ve rojo, eso es algo que le gustaba mucho de sus gafas, cambian el color del mundo, lo hacen mas cálido. Se cruza con alguien que le parece conocido, pero no recuerda quien es. Esta persona parece reconocerlo y Andrés lo saluda con un asentimiento de la cabeza. La música pasa de Pink Floyd a Rolling Stones en el momento que le toma voltear en una esquina. La avenida en la que se encuentra ahora es hermosa, tranquila y natural, Andrés vuelve a sonreír.
Camina toda la avenida sin ningún evento particular, la música pasa a los Beatles, mas específicamente a while my guitar gently weeps.
Esta canción pone a Andrés de muy buen humor, se sentía tranquilo, se sentía descansado, se sentía bien.
De la próxima esquina sale una señorita, alta de pelo marrón rojizo, ella le recuerda a su mujer, a ella quien la vida y mas específicamente la muerte le había quitado. Entre mas se acerca a ella mas se da cuenta de lo similar que es su físico, esto lo hace sonreír, habían mas como ella en el mundo.
Cuando la mujer de cabello rojizo paso junto a él, Andrés voltea y de un golpe la lanza al suelo, salta sobre ella y comienza a destruir su cara con ganchos derechos llenos de pasión. La sangre vuela mientras la guitarra gentilmente llora y la piel de la mujer se levanta.
Un poco de sangre salta de los nudillos de Andrés y cae en sus lentes, no hace mucha diferencia su perspectiva ya estaba roja. Su puño se canso y la canción estaba terminando, así que Andrés se levanto y tomo un respiro. Mira a su víctima, su belleza ya no existía ahora solo es sangre y piel. Andrés se sentía importante, se sentía culpable, se sentía bien. Comienza a caminar de nuevo y al cruzar la esquina encuentra un puesto de frutas. Compra otro durazno que disfruta comer, un poco de jugo amarillo cae en su ya no blanca camiseta y el se siente vivo. Frente al puesto de frutas se encuentra una escultura de espejos, se miro frente a él y pasa su mano izquierda por su largo cabello ya que su mano derecha esta pegajosa a causa de la sangre; sonríe.
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