El único problema con los cuentos es que no son poemas.
Y uno que casi no escribe poemas termina siendo cuentista.
El problema del cuento es que no es poema.
Y al no ser poema, el cuento es eterno.
El problema de lo eterno es que la gente no lo cree.
Hay quien duda del tiempo, hay quien no cree en el cielo.
El problema del cuentista es que no es poeta.
Por más que el poeta pueda ser quien quiera.
El reto para el cuentista es que la gente después de un tiempo todavía le crea.
Que la gente le crea, que para él una mujer puede ser un poema.
Los cuentistas tal vez viven creando mundos de aventura.
Pero la gente les atribuye aventuras con certeza.
Mi problema es que no me creo cuentista.
Pero soy más cuentista que poeta.
Mi problema es que mis palabras que quieren ser poemas.
Las ves como puro cuento; como pura carreta.
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