viernes, 11 de enero de 2013

Los tres colores del sol

Amanece.
Amanece y mucho muere o nace de una manera distinta.
Este es el poder del sol naranja.
Amanece y algunas palabras resultan no ser más que viento.
Amanece y algunos silbidos resultan ser poemas de amor.
¿Qué tiene el cielo rosa de la mañana?
Algo tiene que tener.
Las mañanas solas no podrían matar una idea.
Las mañanas solas no son más que un momento entre sueño y sueño.
Yo nací por la mañana. No antes y no después.
Yo nací entre sueño y sueño. Pero en un sueño me quedé.
Yo siendo un niño de la mañana, escucho que todo rima.
Yo nací bajo el sol naranja. Yo nací bajo el rosa abrigo.

Atardece.
No es de noche y no es de día.
Atardece y los incomodos sienten la necesidad de fumar.
El cielo parece rosa, pero no lo es.
En la tarde el cielo es violeta. En la tarde el cielo te engaña.
No se deben tomar decisiones en la tarde.
Atardece y los amantes bailan, los celosos sufren y los niños comen.
En la tarde las palabras no riman. Pero es más fácil conjugar.
Yo evito dormir en las tardes. Dormir a esas horas me confunde.
Dormir en la tarde te puede hacer sentir enamorado. Te puede llenar de confianza.
Tarde puta, tarde falsa, tarde maquiavélica.
Por tus engaños fuiste castigada. Como tarde solo duras unas horas. Como tarde solo eres un rol.

Anochece.
Anochece y hace frío.
El sol parece abandonarnos, pero no lo hace.
En la noche el sol se viste de negro. El sol ambicioso siempre nos quiere ver.
Anochece y tú estás lejos. O no existes. O simplemente no te puedes ver.
En la noche eres todo el mundo, incluyendo y excluyendote a ti.
Pero en la noche no eres poeta. No eres amante, no eres el color azul.
En la noche eres un sueño. Un pensamiento. En la noche eres un juego de palabras.
En la noche tienes miedo. No admites que lo tienes pero es así.
Te da miedo que el sol no regrese. Ya te dije pero no me oyes.
En la noche el sol sigue allí.


1 comentario:

  1. El poema es una evidencia del pensar, el sentir, el decir y hacer del autor.

    En cada uno de los momentos de los avatares del día, nos invita a reflexionar sobre nuestros proyectos de vida.

    María Constanza Cortés de Romero

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