viernes, 21 de diciembre de 2012

Fuego

Quiero que sepas que eres fuego.
Quiero que entiendas que quemas de una manera tan particular, tan especial, tan única. que me haces sentir como si me inyectaran metal hirviendo en mis venas azules y este calor, doloroso y placentero me recorre únicamente de pies a cabeza, solo en esa dirección.
Tú eres ese metal en mis venas que quema, pero no lastima, lastimarías si te enfriaras, te congelaras y pararas la circulación. Pero tú no lo harás, porque que fuego eres y siempre serás caliente y brillante.
No me da miedo contigo quemarme, no me da miedo que como fuego tengas el potencial de destruir con tu tacto.
Tal vez le temo, eso si, a que me ciegues brillando como solo brilla el fuego.
Porque una cosa es clara, eres fuego, no eres luz.
Que la luz nazca de ti es irrelevante, es una cualidad pero no una característica.
Quiero verte y con tus ojos prender un cigarrillo. Cocinar una hamburguesa y encender una vela.
Es pretencioso por no decir más, amar y querer tener al fuego.
A esa fuerza, impredecible, absurda y a la vez perfecta.
Porque el fuego fue el único elemento que no se limitó a crear.
Por esto el fuego se usa para fumar, que es lo mismo que besarse a uno mismo. Pero yo cuando fumo, beso al fuego. Yo cuando fumo te beso a ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario