Te duele la cabeza, tus dedos se llenan de ansiedad.
Pareces tener muchas ideas pero ninguna logras llegar a redactar.
Te rascas las cienes, te da calor, cada vez te frustras con más facilidad.
Tienes que seguir, sabes que eres capaz, vuelves a tomar tu teclado, vuelves a pensar.
Lograste escribir un texto, pero este no te convence para nada.
No es un artículo, no es un poema y tampoco un cuento de hadas.
Le corriges la ortografía, revisas la puntuación, el problema no es por ahí, entras en la desesperación.
Pones tu equipo a un lado te acuestas a dormir, o eso quisieras tu cuerpo te pide que aun intentes escribir.
Te parece injusto, sientes que es cruel, tu mente te pide un cuento pero se rehúsa en darte una idea para comenzar.
Fuerzas las palabras, y de nuevo todo se ve mal, no queda muchas posibilidades decides salir a caminar.
Miras las piedras en el suelo, por algún motivo te hacer sentir rabia, miras hacia el cielo, el sol te encandelilla.
Bajas la mirada, te encuentras a una vieja amiga, nota tu estrés, te pregunta cómo puede mejorar tu vida.
Tu comienzas a pensar en una excusa para quitártela de encima, miras a tu alrededor un pájaro te cago encima.
Sientes un escalofrío, proyectas una sonrisa, entras en tu habitación y comienzas a escribir de nuevo.
Lo acabas rápido, tu mente te aplaude tu espalda está cediendo, no lees tu texto, algo en ti dice que está perfecto.
No te importan las opiniones, no te importa el contexto, solo sabes que te quitaste de encima ese horrible bloqueo.
Pareces tener muchas ideas pero ninguna logras llegar a redactar.
Te rascas las cienes, te da calor, cada vez te frustras con más facilidad.
Tienes que seguir, sabes que eres capaz, vuelves a tomar tu teclado, vuelves a pensar.
Lograste escribir un texto, pero este no te convence para nada.
No es un artículo, no es un poema y tampoco un cuento de hadas.
Le corriges la ortografía, revisas la puntuación, el problema no es por ahí, entras en la desesperación.
Pones tu equipo a un lado te acuestas a dormir, o eso quisieras tu cuerpo te pide que aun intentes escribir.
Te parece injusto, sientes que es cruel, tu mente te pide un cuento pero se rehúsa en darte una idea para comenzar.
Fuerzas las palabras, y de nuevo todo se ve mal, no queda muchas posibilidades decides salir a caminar.
Miras las piedras en el suelo, por algún motivo te hacer sentir rabia, miras hacia el cielo, el sol te encandelilla.
Bajas la mirada, te encuentras a una vieja amiga, nota tu estrés, te pregunta cómo puede mejorar tu vida.
Tu comienzas a pensar en una excusa para quitártela de encima, miras a tu alrededor un pájaro te cago encima.
Sientes un escalofrío, proyectas una sonrisa, entras en tu habitación y comienzas a escribir de nuevo.
Lo acabas rápido, tu mente te aplaude tu espalda está cediendo, no lees tu texto, algo en ti dice que está perfecto.
No te importan las opiniones, no te importa el contexto, solo sabes que te quitaste de encima ese horrible bloqueo.
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