domingo, 11 de noviembre de 2012

Hoy te escribo.

Hoy te escribo, te escribo a ti porque aveces hablarte es poco.
Hoy te escribo, pero tal vez te escribo porque no hacerlo sería tonto.
Esta noche te escribo. No solo como sujeto sino como idea, te imagino en letras para poder contarte algo.
En este caso, tú en letras me resultas un poema, tú en letras eres algo que se encuentra muy en el fondo.

Hoy te he pensado, probablemente porque hemos hablado poco.
Hoy te pensé un rato, te pensé porque al hacerlo disfruto estar loco.
Ahora te pienso de noche y con frío porque no puedo extrañarte.
Aveces, como hoy, te escribo porque hace demasiado tiempo no te toco.

Perdona tú la estupidez que resulta pensarte y querer escribirlo todo.
La verdad no tengo opciones, o lo escribo en textos o mis pies lo escriben en el polvo.
Verás, a veces mientras duermo vienes a mí en fragancias disfrazadas como ideas.
¿Cómo haría yo para ignorarlas sin faltarte todo el respeto que mereces si quiera un poco?

Me voy a dormir con una sonrisa en la cara porque te veo de este modo.
Me despertaré en la mañana sin preocupaciones, pues tu imagen me lo resuelve todo.
Tal vez en algún momento el día se ponga gris. Nada puede ser perfecto y tú con tu distancia lo mantienes de este modo.
Pero yo solo sé, que después de ya un tiempo, te sigo queriendo aunque sea todo un rollo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario